PREFABRICAZIONE

domingo, 30 de enero de 2011



LNE

El PP propone permitir la instalación de casas prefabricadas en Aller


Los populares piden un cambio en el plan urbano para poder colocar estas construcciones en las zonas rurales







  • Tiago, nun dicen que nel suelu nun urbanizable nun se pué dificar
  • Sí, Chus, eso diz la ley
  • Ya, ...si la ley conózcola
  • Joder, nun t´acuerdes que a ti nun te dexaron facer nel Casqueru una caseta pa guardar la fesoria.
  • Sí, como pa nun acordame, si ca vez que subo hasta llí tengo que llevala desde casa al chumbu
  • Si lo tienes tan claro, nun entiendo tus dudes
  • Joder lo que veo, ¿qué ye eso que tan faciendo en mediu la vega?
  • Eso que ves
  • Ya. Veólo y... asómbrome.
  • Por qué, Chusín
  • Ye que nun acierto a comprender lo que ye
  • ¡Qué va ser!. Una casa prefabricá
  • Ahhhhhh..... Acabáramos


O de como una característica constructiva pasó, en manos de la mozona que tuvo la feliz idea de hacer navegable el Rio Aller, a un concepto jurídico-urbanístico. Sin sonrojarse. Sacando pecho ( dos, perdón ). Como pa votala ( con b )


M O T E S

domingo, 23 de enero de 2011



MOTE: Sobrenombre que se da a una persona
derivado de una
cualidad o condición suya,
tomada de sus defectos
personales
o
de cualquiera otra circunstancia




El mote sirve para describir, generalmente con un monosílabo, el rasgo definitorio de la persona en el momento en el que se le impone. Y permanece indefinidamente en el tiempo, acompañando a la persona hasta más allá de su muerte, siempre que comparezcan en cualquier escenario, geográfico o temporal, de la vida de las personas, dos individuos que convivieron aquellos momentos y tiren al unísono del recurso de los recuerdos. Así que esas son tres de sus características esenciales, repito, definición singularizada, síntesis conceptual, y permanencia en el tiempo.


A los ejemplos.

Pulguina, ya puede haberse sometido a sofisticadas curas de estiramiento y haber llegado incluso a ser contratado como pívot por los Celtic de Boston, que allí donde se encuentre con uno de Caborana, descenderá automáticamente a la estatura de un base de minibasket y será identificado como Pulguina, ante el asombro del resto de los forasteros presentes.

O Manteca, el fíu del guardión. Aunque hubiera participado en innovadoras y costosas técnicas de adelgazamiento en Incosol y hubiera pasado al tramo del peso pluma del boxeo, será reconocido por el alimento que, supuestamente, ingería en exceso y que se le acumulaba desproporcionadamente en su panza y michelines, respectivamente y tanto engorda.






En el supuesto contrario están los diversos Chupaos. Ahora gordos. Rechonchos. Mofludos. Tallas especiales. Pero, cual guinda en flor, Chupaos.

Tristón, puede decir que es el divertido presentador y monologador de gafas de pasta, traje gris y camisa violeta, que hace llamarse, todas las madrugadas televisivas en la Sexta, Buenafuente. Seguirá siendo, ... tristón del tó.






Rita, La Pasionaria, roja empedernida, recordad, con un peregrinar cromático de lo mas deslucido, iniciado en las juventudes maoístas del PT, pasando luego por el PC y teniendo algún carguco en el PSOE, acaba de ingresar en el nuevo partido de extrema derecha del Cascos, pero no se atreve a acercarse a los actos del partido en Caborana, porque allí seguirá siendo identificada como La Pasionaria, y eso, chirriando con su nueva ideología, le jode.

Pilé, seguramente ya no degusta el Licor 43. Se habrá pasado, como sabio bebedor, a la tónica con ginebra. Pero para los de Caborana será el representante, in eternis, de aquel cóctel repugnante.






Millonarios en Caborana tuvimos muchos. Una barriada entera. Por eso cuando a Chuso, el fíu de Soledá, que ya tiene plaza fija, de pedigüeño, a la puerta de la Iglesia de San Felipe Neri, en Barcelona, le identifica un vecino del pueblo, pasando de su atuendo y situación, espontáneamente le llama al grito de: ¡Ehhh!, Millonariuuuuu, qué osties faes ahí, con eses pintes…





La Palmesa, Luisina la del Cantu, llegó a primera bailarina del ballet clásico de Viena y Moscú, adoptó el nombre profesional de Ingrid Udpike, y ahora, mayor, habiendo abandonado, por las razones físicas naturales, las piruetas artísticas, dirige el Ballet Nacional del Reino Unido, y, para todos nosotros, será La Palmesa, por sus deformes piés que caracterizaron su caminar Cantu arriba, Cantu abajo, ...

La cirujía estética fue capaz de transformar la nariz de Pinnueve, - llamado así, recordar, por tenerla mucho mayor que la de pinocho – en un respingo, como la del difunto Michael Jackson, pero no conseguirá que, una vez identificado nuestro vecino, a coro no le llamemos: ¡Pinnueve!, qué cojones te pasó.





¿El coxu?. Sí, esi. ¿Cuál?. Ostia, el Coxu, ¿nun lu ves?. Nun veo a ningún coxando, la verdá. Por mas que mire no verá a ninguno de los presentes traquetear en su caminar. Pero el Coxu, lo era por definición. De guaje, cuando jugaba algún partido en Los Frailes, era tal su inutilidad para el juego colectivo del pelotu que parecía que tuviera una pata de palo. ¡Paeces, coxu!. ¿Quién?¿Quién va ser?. Ahhh, jeje, El Coxu. Así lo identificarán todos los caboranenses, a pesar de su prestancia al andar y de su estiloso braceo Ermenegildo Zegna actual






Me comentaron que Pitinnna es monja de clausura en las inmediaciones de Poblet. Puede haberse cargado de hábitos, seguramente, pero solo mentar su nombre nos llevará directa e inconscientemente a su, alegre y popularmente compartida, ligereza juvenil, con perdón para su orden monacal presente.

Hay muchos ejemplos más. A centenares. El Blog está haciendo un estudio pormenorizado de nombres, apodos y apellidos, agrupándolos por las diversas tipologías, generaciones y zonificaciones locales, constituyendo una base de datos a la que se pueda acceder por cualquiera de los parámetros apetecidos, y que aparecerá cuando tenga un feliz final, como el conocido cuento de la Buena Pipa.


NOTA: Las caricaturas son originales,
y tienen su parecido, fijaros, estando tomadas
de un cuaderno de la Escuela de la Señora Luz
existente en el Museo Municipal de Cuergo




67, MODELO A ELIMINAR

jueves, 13 de enero de 2011



A ver. Pasa del color castaño oscuro y se acerca a la tonalidad del gris Payne la insultante obsesión del Zapatero de elevar la edad de jubilación y de reformar urgentemente el actual sistema de pensiones.

No es porque me afecte directamente, que también, a quién no, sino porque en mi cabeza no halla acomodo dicha urgencia. Ni dentro de la misma encuentro resquicio para respuestas coherentes a los interrogantes que me plantea.

Punto de partida. Parece ser que son los exhaustivos, científicos y objetivos estudios realizados para evaluar lo que va a pasar con todo el sistema dentro de 40 años. 40. Punto pelota. Y, ¿quiénes son esos afamados profesionales del mamoneo económico que analizan, valoran y concluyen al respecto? Agarraros a la silla: son los mismos, y no otros, que los expertos que fueron incapaces, hace tan solo cinco años, de ver la crisis económica hasta que estuvo encima. Los que se reunían en los idílicos Jardines de Jauja y trapicheaban sus papeles basura, endosándolos aquí y allí, en beneficio propio y en detrimento de la generalidad de los mortales. Y ahora, reconvertidos, quieren hacernos creer que pueden conocer, vía prismático, lo que va acontecer dentro de cuatro décadas. Mira, no. Y ya lo veréis, como les dejemos, volverán a echarnos la culpa de todo. Esta vez, por no morirnos antes. No. Ni hay prisa para saber por dónde irán los derroteros a mediados del presente siglo, ni pueden ser aquellos que jugaban sonrientes con el dinero ajeno a la gallina ciega los que merezcan nuestro crédito para sus devaneos adivinatorios, ni hay método capaz y valido para ello, sobre todo ahora que no manda la democracia representativa sino el monstruo de mil cabezas conocido con el sobrenombre de Mercado. Tampoco.

Obcecación. La edad de jubilación a los 67 años. 67. Ni más, ni menos. Innegociable. ¿Habrán hablado con los empleadores?, por ejemplo. Porque, ¿cuántos empresarios estarán dispuestos a mantener a sus trabajadores dos años más en sus puestos laborales, de los 65 a 67 años, en vez de reemplazarlos por otros más jóvenes? Pensando solo en el coste salarial de unos y otros, contraponiendo a las cifras anteriores, de forma simultánea, el rendimiento de los mismos, hallaremos la solución. Sin ser laureado por Cambridge, ni miembro del gobierno. Aquí, desde un Blog local.

Continuemos. Nos inculcan las estadísticas que publican los medios, mensualmente, que la situación nacional no es precisamente de pleno empleo. O sea, cuesta introducirse en el mecanismo del mercado laboral. ¿Qué pasará con ese fenómeno si estiramos la edad de jubilación? La deducción parece inmediata y simple, la problemática citada se agravará. Vamos, que estamos ante un oficial: ¡viva y hurra el desempleo juvenil!

Mas. También se habla, entre dientes, de forma poco clara, del cómputo de los años trabajados para efectuar el cálculo, aplicando una fórmula polinómica extraña e injusta, del importe de las pensiones. Importe que se limita, para ofender, con un valor máximo. Vamos a ver. Podemos parecerlo los de Caborana. Pero no somos idiotas. Si se alarga el tiempo del cómputo a la vez que se produce una incorporación más tardía al trabajo, queda claro que nadie, salvo que sea político, alcanzará, en el mejor de los supuestos imaginables, la pensión máxima. ¿Limitarla? A la paciencia, es a la que están acotando.

Cabreo. Todo el desaguisado anterior lo hacen coexistir con prejubilaciones privilegiadas a los 50 años en sectores esencialmente capitalistas como la banca, por ejemplo. Si a Pepito, sin culpa personal alguna, le cierran el taller metalúrgico donde trabaja en Martorell, se va al paro durante el tiempo que legalmente le corresponda y luego se queda a merced de que las circunstancias vuelvan a colocarle cuándo y dónde puedan. Al tiempo, Héctor, chupatintas en Cajamadrí, de su misma edad, tras el cese laboral, pasa a una situación de stanby, cobrando el sueldo íntegro hasta que llegue a la edad de jubilación. A los 67 años, Pepito, que tuvo mala suerte y saltó de trabajo en trabajo, simultaneándolo con espacios de paro, le aplican aquella injusta y polinómica fórmula y, en el mejor de los supuestos, le corresponderá, para afrontar los años de vida que le queden, una pensión que se acercará al 50% de la de su coetáneo Héctor . ¿La metralleta? Uy, si las hubiera.

Acabo. Añade empreñe a todo ese asunto el que lo anterior, tope, edad de jubilación, cómputos, no va a ser de aplicación a quien ya esté jubilado. Ya, ya, sé por formación que las leyes no son de aplicación retroactiva. Ojo, con carácter general y sobreentendido. Pero pueden serlo si lo establecen expresamente ellas mismas. Porque, llegados a este punto, entiendo que no valen los derechos adquiridos. Por quién. En dónde. Desde cuándo. Con qué importe. No puede haber adquisiciones pasadas y derivadas de 20 años de cotización al sistema, universalmente protegidas, mayores que las de quien se vinculó a ese mismo tinglado y aportó su parte alícuota durante 39 años. No deberíamos permitir que se perpetúe la injusticia. Así que: Actualización del sistema permanente y para todos. Mas que nada, porque seremos más a pelear. Seremos todos. Y venceríamos.

Y remato. Hay excepciones. Están exentos, de todas las restricciones derivadas de los considerandos que preceden, los políticos. Los que piensan aprobar la ley. Los que con dos legislaturas en la poltrona se aseguran la máxima de las jubilaciones. A los que elegimos y, llegados a la situación límite, nos transmiten que ellos no pueden hacer nada, que no mandan, que lo impone el Mercado. O lo obliga Europa. Y por qué no hace lo propio el Fantasmón con Francia, Inglaterra, Italia, … y les impulsa a currar hasta los 67. Ahhh, ..mentirosos y cojos. Políticos. Para pensarlo detenidamente y …. botarlos.

Mejor una sonrisa.




VIDA NUEVA

jueves, 6 de enero de 2011



Adiós festividades.
Las siete,
y en la cocina ya.
Saco el tarro del café.

Muelo una parte y lo deposito

en el filtro de la sumisa cafetera.

Al fuego, el agua y el café.

Vierto el café recién hecho en una taza forgiana.

Añado leche a la taza, que esperaba,

indiferente, con su café
.
Me lo tomo, como me gusta, bien humeante.

Dejo
la taza,
que tenía el café con la leche, sobre la encimera.

Me acerco a la puerta para salir al trabajo.

Y miro, antes de dar un portazo,

de reojo y con complicidad,

a la taza que tuvo el caliente café con leche

que fingidamente me confort
a.
Bienvenue, la rutina.