El año pasado por estas fechas hicimos un Comentario en el
Blog acerca de la noche de Reyes en Caborana bajo el título HAY VIDA. Un
adelanto resumido a lo que sigue:
continúa habiéndola.
La
experiencia aludida, aconsejaba a repetir celebración.
Primero, la Cabalgata. Misma fotografía y esperpento del año
anterior. Las señoras de nuestros prejubilados no se animan a procrear y de los
otros apenas quedan habitantes en el pueblo. En resumen, que los niños, o
imaginados o representados. Con Berlanga y Fredo ya fallecidos. La iluminación,
para ambientación de tiempos pasados, tenue y parpadeante. Eso sí, pequeños
cantos rodados, de uniforme dimensión y preciosamente envueltos en coloridas y
decoradas papelinas, simulando apetitosos caramelos de la catedral, se
esparcieron por las aceras. En abundancia. A trombón. Ah, y fieles a la observancia de las
últimas consignas provenientes de Roma, este año Balthasar era blanco y
descolorido, natural de La Reguera de Buciello.
La cena, en La Pasarela. Mucha gente Que parecía multitud, por
la mala acústica del recinto, que multiplicaba el tono de las
conversaciones por db tendiendo a infinito, y que iban, poco a poco, convirtiéndose en vociferación, locas por
hacerse oír unas sobre otras. La pitanza, a base de carne a la parrilla, digna,
bastante bien manejada por las huestes de Milio. La sensación de poder resultar
un extraño en tu propio escenario, inmediatamente superada al encontrarse en la
instalación varios vecinos del Segundu Riba. Rápidamente, recuerdos y proyectos
que ya os pasaré.
Pasada la media noche: ¡Pal Casino! ¡Pal Cotillón!
No voy a justificar mi asistencia. El por qué cruzar aquel
umbral. No. Pero, El Casino no es lo que era. O fue. Centro de reunión,
disposición y ejercicio del poder de la supuesta clase dirigente local.
Desaparecida o escondida. O incluso reuniéndose, disponiendo y ejerciendo el
poder, igualmente, pero desde despachos oficiales, refugiadas bajo las siglas
de antiguos partidos, muchos de izquierda. Es decir, plano idéntico y fijo de la
presente situación nacional. Nada nuevo aportamos desde Caborana, en ese
terreno.
Música en directo. Agradable recibimiento. Cubalibres baratos.
Buen rollo. Ritmos americanos. Descanso. Sorteo de regalos. Más música. Más
copas y animación. Nuevo sorteo. Bises musicales y ... ¡fin de fiesta!
Nosotros, situados al fondo de la antigua capilla de los
frailes, éramos ocho. Tres, de Caborana. Y nos tocaron en suerte – estábamos
para la mano – cinco regalos. Hasta una vajilla. Y la foto que os reproduzco de
los alumnos delos frailes.
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Ostia,
ahora, cómo salimos.
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Con
esa moña que traes, trastabillando.
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Joder.
Nun decía por eso. Dame vergüenza salir con tó esto baxo´l brazu
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Sí,
pero nin siquiera somos socios. Bastante ye que nos dexaron pasar
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Ya
nun hai remediu. Nun haber garrao los numerinos que vos ofrecieron
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¡Qué
quereis!, yo nun m´atrevo a salir cargau. O espero a que nun quede nadie nel
local y te vaciu del tó
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Cojona,
aprovecha ahora, coge el caxon de la vajilla y sal cuando esti de la orquesta y….
como que ye un bafle
Como para no repetir. Pero nuestro agradecimiento llegará
hasta la participación en el aporte de regalo para repartir el próximo año. Y,
dada nuestra situación, como perres nun hay, con arte. Sí, de acuerdo, tan
devaluado como los tiempos, la fiesta, el local, la institución,.. Lo que queráis. Pero,
arte. Promesa ye.
Gracies y hasta el año próximo, que allí estaremos, como
nesti, dándolo tó