La campaña de 1935-1936, última antes de la guerra civil, el Gimnástico tuvo una actuación discreta, empañada por la lesión de dos de sus mejores jugadores y otros dos castigados durante largo tiempo que mermaron notablemente su poderío, sin olvidar que en la categoría estaban integrados los mejores equipos regionales, si exceptuamos el Sporting y el Oviedo. Otros aspectos extradeportivos afectaron seriamente la economía de la entidad, como la adquisición de material, desplazamientos o fichajes de jugadores. Socios y directivos tuvieron que rascarse los bolsillos para hacer frente a la temporada, ya que las empresas mineras, Ayuntamiento e industriales hosteleros no aportaban un duro. Una alineación tradicional de aquella época estaba compuesta por Carreño, Madera, Avilés, Veru, Pito, Bernardo, Gerardo, Cabal, Isaías, Émbil y Sánchez. El largo paréntesis de la guerra civil afectó al club de forma traumática, fallecimientos, encarcelamientos, y el interminable servicio militar -tres años- dejó al equipo en cuadro de forma que en el otoño de 1939 en partido contra el Rosal en Oviedo la composición del equipo varía radicalmente. En aquel partido jugaron Goyo, Tino, Ladreda II, Wenceslao, Arroyo, Tino, Suárez, Ladreda, Bolinche y Prieto, posteriormente se integrarían otros destacados jugadores como Severiano, César, Lao, Celsín, Goyito, Juanín, Sami, Camino, Baena, Victorón, Gelechu, los hermanos Losa, Valcárcel, Tista, Mallo, Chancho, Villa, José Antonio, Quico, Luisín Pito, Muñiz, Penedo, Maquinay, Larrate, Gutiérrez, Anxelu, Calleja, Farina, Baragaño, Zamora, Benjamín... 1944 marcaría el declive del Gimnástico, la expropiación del campo de fútbol del Canamal por la Hullera Española supuso un duro golpe al que hay que añadir en lo deportivo el descenso de categoría consumado en Trubia ante el Juvencia, que curiosamente se quedaría al poco tiempo también sin campo, en un partido dramático que hizo salir del campo llorando a Celsín y a Tino Brocha. El Gimnástico fue semillero de buenos jugadores, Penedo, Muñiz y Gutiérrez jugaron posteriormente en el Oviedo. Larrarte estuvo en el Salamanca. Paco en la Cultural de León. Tino estuvo a punto de fichar por el Valencia y el largo período de la guerra arruinó el futuro de otras promesas en ciernes.
Al evocar los 75 años del Gimnástico no podemos olvidar otros momentos apasionantes que vivió el fútbol allerano el pasado siglo. La rivalidad del Argentino de Caborana y del Atlético de Moreda en los años setenta y los enfrentamientos Santiago-La Salle en la década de los cincuenta o la extraordinaria campaña del Santiago en la temporada 1961-1962, en la que fue líder en varias jornadas de una Tercera División de mucha calidad (Avilés, Caudal, Langreo, etcétera). Con partidos de rivalidad comarcal contra el Caudal, el Turón y el Lenense que levantaban enorme expectación y la visita de centenares de aficionados de las villas vecinas que inundaban las calles y los bares de Moreda y Caborana y abarrotaban el campo de Sotiello. PEDRO RODRÍGUEZ CORTÉS
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