LOS FRAILES ( 6 )

miércoles, 17 de diciembre de 2008



....Continuación


También se establecía que los gastos se pagarían a través de las matrículas, subvenciones y actividades que pudiese organizar la Mutua, lo cual era otra forma de independizarse del Estado y de la Hullera, por si se le exigía, como se intentó en 1932, que pagase a aquellos profesores impuestos por las autoridades





En el reglamento de la escuela, lógicamente, no se hacía referencia alguna a la enseñanza religiosa, pero sí que se procuraba dejar bien atados todos los cabos de todas las cuestiones que pudiesen dar algún problema.

Aunque la Hullera no se desentendió de los colegios, la iniciativa, como se dijo, corrió a cargo de la Mutua. Básicamente las actividades continuaron siendo controladas como hasta entonces por la Hullera, en concreto, los exámenes de fin de curso los presidió, como años anteriores, una Comisión designada por la SHE, aunque después el curso lo clausurase oficialmente un miembro de la Mutua:

  • El siete de Julio, una comisión compuesta de D. Manuel García, capellán del colegio, Don Manuel Villa y Don Gil Fernández, capataces de la Hullera, hicieron los exámenes generales de fin de curso. A las cuatro llegó D. Natalio González, Vicepresidente de la Mutua Escolar, acompañado del ingeniero D. Isidro Baranda y del Sr. Capellán de Bustiello, a los más aplicados dieron un paquete de bolitas de anís y al mismo tiempo dieron por terminado el curso.



Relato transcrito de los acontecimientos entorno del Octubre` 34

Al salir de misa había en la carretera varios grupos de obreros en actitud pacífica, pero según decían los niños había huelga revolucionaria, que habían matado a un jurado y que las cosas se presentaban graves. Nosotros creíamos que sería como las otras huelgas, nada indicaba lo contrario. Pero a eso de las once de la mañana llaman al timbre del colegio, el encargado de abrir ve a un grupo de hombres armados de escopetas y pistolas, llama al Hno Director y le cuenta lo que pasa. Este se apresura a abrir la puerta y se encuentra con aquella gente; el que dirige el grupo pide en nombre del pueblo las armas que haya. Como no había ninguna no se puede complacerles y en vista de esto determinaron registrar la casa, y como vieron que nada encontraban, al mismo tiempo el Hno. Director les convenció con sus palabras que no encontrarían, desistieron de seguir el registro y al despedirse nos dijeron que no tuviéramos miedo que no nos pasaría nada.
El domingo siete de octubre, a eso de las doce volvió otro grupo de hombre también armado a buscar a un capataz. Decían que les habían asegurado que estaba escondido en el colegio, entonces el Hno. Director les manifestó que para que vieran que no se les engañaba, tenía sumo interés que mirarán bien todo el colegio y así quedarían conformes con el resultado y así lo hicieron. Registraron bien, pero nada encontraron. Al despedirse pidieron excusas por la molestia, pues ellos no hacían más que obedecer al Comité que les había mandado.
Los demás días, hasta el diecinueve los pasamos encerrados en el colegio, con vigilantes por delante y por detrás, y con el correspondiente miedo por lo que nos podía suceder. Se corría el rumor que nos iban a llevar al frente y esto nos tenía muy preocupados y con el correspondiente miedo hasta que llegó la tropa.
El cinco de noviembre ocupó la tropa varias clases y los oficiales algunas habitaciones hasta fines de mes que se trasladaron a Moreda



En enero se hizo una nueva matrícula de alumnos. La empresa lo estableció así, de tal forma que sólo pudiesen pedir la admisión quienes presentaran el documento que daba la autoridad militar a los que no habían intervenido activamente en la revolución. Aún se esa manera, hubo que rechazar bastantes solicitudes por falta de plazas. Y lo mismo sucedió el curso siguiente: hubo que rechazar más de cien matrículas por no haber plazas suficientes.

El comienzo del año 36 fue poco halagüeño. En vísperas de las elecciones, los directores de los colegios de La Salle de la cuenca minera se reunieron para ver qué se podía hacer en caso de que los socialistas -tal como se decía- ganasen las elecciones y provocasen una nueva revolución. A finales de abril, preguntaron a las autoridades militares si el primero de mayo podría pasarse en los colegios sin ningún peligro. Es lógico, que después de los sucesos de octubre del 34 y el alarmante aumento de la tensión, se sintiesen los Hermanos bastante preocupados.
Además, en marzo habían tenido una visita de inspección en la que el señor Inspector iba acompañado por el Alcalde y el director del grupo escolar de Moreda. Visitaron las clases y las instalaciones y pidieron los títulos oficiales de los maestros. Después se corrió la voz de que les iban a echar. Nuevamente comenzó una movilización de padres de alumnos, aunque al final el tema no llegó a más.....


El control académico, a modo de exámenes, por los que iba pasando el director, eran mensuales -hay que tener en cuenta que era relativamente sencillo para el director, pues sólo había tres aulas- y más tarde, pasaron a ser bimensuales. Días después de finalizados los exámenes, se decían las notas en las clases.

En los Colegios de Caborana y en Bustiello se habían instalado locales para proyecciones cinematográficas más o menos dependientes de la asociación de antiguos alumnos

El cine ya venía funcionando desde hacía algún tiempo y de hecho hubo algún problema con el capellán de la Hullera a cuenta de él. SHE - minas de Aller - R.14 actividades sociales. 1923. Carta del Capellán de la Hullera a D. Marcelino Rubiera. 28-VI-1923:




He recibido su muy atenta de 25 del corriente que se refiere a que yo forme parte de la censura del cine de ésta.
Le agradezco en el alma el honor que me hace pero debo manifestarle que en vista de las dificultades habidas anteriormente acerca de este particular y hallándome ahora muy tranquilo y satisfecho por mantenerme apartado de todo no creo proceda intervenir en ello.
A esta mi razón se une que como usted no ignora, los hermanos de las escuelas de quienes soy capellán me han insinuado que no ven con agrado, antes ven muy mal que yo intervenga, y como usted comprenderá debemos evitar todos los consiguientes disgustos que pueden resurgir con perjuicio de tercero.
Finalmente, debo indicar a usted que según tengo entendido por conducto fidedigno, cuando las últimas dificultades habidas con referencia al cine, el gerente ha hecho algunas indicaciones sobre el particular y hasta que él disponga otra cosa, como creo que dispondrá, ruego a usted, a mi vez me exima del cumplimiento de este su deseo.

Continuará.....


3 comentarios:

Anónimo dijo...

A ese cura censor, por lo que se ve, no le gustaba el celuloide. Deducimos que nada que ver con el directo. El tacto es un sentido que aporta un plus de sensualidad. Bribón.

Anónimo dijo...

Although from different places, but this perception is consistent, which is relatively rare point!

Anónimo dijo...

Although we have differences in culture, but do not want is that this view is the same and I like that!
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