COMO EL MIEDO DEL PORTERO AL PENALTI

lunes, 22 de junio de 2009




La pretemporada se había efectuado
con animosidad, prestancia, buen rollo, experimentos y pruebas. Próximo al debut, se perfilaron los detalles y se establecieron
las pautas de la actuación. Todo perfecto y, se supone, ajustado a lo acontecido en experiencias anteriores. 6:00 PM. Falta media hora para el comienzo. Montaje del instrumental y momento de bromas contra nervios. ¡Hay que afinar!. Si. Si. Joder, si, no la. Afinariola. La boquilla no responde. O la embocadura. O la caña. 6:32 PM.

Venga, hay que salir. Falta Jiú.

No se puede esperar por él, las cosas son así. Joder, eso es como si en un partido del Barça, estando ajustándose Messi las botas, llega la hora de saltar al campo y se juega sin él.

¡Al puto escenario!.

Pésima iluminación. Sin atril en el que colocar la partitura. Reflexión: el de mi izquierda tiene un instrumento afinado en mi tonalidad, así que tocaré por su partitura.

One, two, tree,.... Todos a una.

La práctica y los ensayos previos llevan los dedos a una digitación y la lectura del pentagrama a otra. Misma afinación no supone idénticas notas. Suputamadre. Hay que tirar palante. Aplausos.

Uffffffff...Menos mal, no entró


Ayer,
fue
el Día Internacional
de la
MUSICA



1 comentario:

Anónimo dijo...

Bien escrito. Detrás del Exiliau hay un potencial escritor. El relato sobre la salida a interpretar a un escenario, es una muestra de escritura moderna. Caborana, da pa to.