H A I T Í

martes, 26 de enero de 2010



Un terremoto. Todo al suelo. Patas arriba. Casi todos bajo aquel suelo. Cientos, miles, decenas de miles,…de muertos. El Espíritusanto avisa a Munilla que aquello no era nada. Peor es lo vuestro, le apunta al oído. Y Munilla, buenpaisano, tiene a bien contárnoslo, para conocimiento general. Y, claro, mientras debatimos sexos ajenos, para empezar a equilibrar, llega otro terremoto. Repetición. Mas muertos. Munilla, calla. Nueva repetición y otro temblor. Escombros sobre escombros. El silencio de Munilla anuncia que aún existe desequilibrio… Alerta.

Muertes, desapariciones, hambre, miseria, violencia, necesidades,… que solo pueden mitigarse con la participación de todos vía solidaridad. Solidaridad. Y confianza. A pesar de los pesares y de las experiencias indeseadas pasadas.

En los años 70, creo que ya lo conté en otra entrada, hubo una situación similar en Nicaragua. Y se puso en marcha la solidaridad. En Caborana, que se sabe mucho de eso, se recogieron cantidad de cosas para enviarlas a América: ropa, comida, … Y se guardaron, convenientemente empaquetadas, en los locales del antiguo Economato. Y allí permanecieron por los tiempos de los tiempos sin que vinieran a recogerlos. Y se perdieron. Solo nuestro inolvidable e histórico EL CALEYERU criticó la situación en la contraportada de uno de sus números. Esta:




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entre probes anda siempre la desgracia. Con perres, facilítase casi tó. Seguramente Munilla está licenciau en ello.

Anónimo dijo...

Están de moda los festivales pro Haití. Podíamos hacer uno en el pueblo y exponer a nuestras fieras.