PEPIN PHARMACIA

viernes, 8 de enero de 2010





En el Exilio hay mucha afición a la bicicleta. Y los colegas se juntan en el velódromo municipal a dar unas vueltas alrededor de su pista para luego partir, desde allí, a excursiones o marchas diversas, siempre de ida y vuelta. Estando en la instalación deportiva hace unos meses, circulando entre un grupo de aficionados, cuando se empieza a organizar una salida, soy invitado a compartirla:


  • - ¿Te vienes hasta Arrigorriaga?
  • - No. Qué va.
  • - Venga, joder, vamos a ver al Patxi, cagonlaostia.
  • - No. Nun m´apetez
  • - ¡Ayvalaostia! Qué es, ¿que no conoces al Patxi?
  • - ¿El de Tilina?
  • - Y, ¿quién es esa Tilina, pués?
  • - Joder, Tilina la del Cantiquín. La muyer de Pachu.
  • - ¡Ayvadios!. Si Patxi, el alcalde, es soltero y entero
  • - Tienes que conocerlo, tiene buena ilustración
  • - Y sabe tocar el txistu
  • - Y también la pandereta
  • - Y un poquito el acordeón
  • - Anda, ir a tomar por el culo por ahí, que solo vos falta decir que se llama Panthaleón.

Ante tamaña y convencedora insistencia no pude imponer mi criterio ni rehuir la excursión. Y nada mas empezar la marcha, al salir de la ciudad, hay que iniciar el ascenso de un alto, el llamado de Miraflores que, a pesar de su denominación, ya puedes mirarlo, como y de la forma que quieras, no verás ni una sola flor. Ni una. Ni g
rafiteada. Fijaros que se dice que las abejas del entorno tienen una enfermedad profesional y pulmonar, similar a nuestra silicosis, que les obliga a prejubilarse y permanecer en la colmena sesteando a las seis semanas de vida, de tanto snifar el carbonato cálcico del hormigón que copa, como manto gris, toda la ladera sur de la colina. Miel ácida.

La cuesta tiene pendiente uniforme, subiéndose con facilidad si se aborda con una marcha constante y el desarrollo adecuado, apropiados ambos a las condiciones de cada routier. Así me la tomo inicialmente, pero el grupo lleva otra velocidad, con una marcha mas de la que yo podía soportar sin llegar a la fatiga. Así que empiezo a ir aproximándome a la cola, para luego descolgarme y alejarme, poco a poco de ella, haciendo lo que los comentaristas televisivos del Tour llaman, profesionalmente, la goma. En esas estaba cuando se me acerca uno de ellos:


  • - Venga, hombre, no te quedes atrás
  • - Va esto un poco rápido pa mis condiciones físiques
  • - Venga, ¡nun se diga!
  • - Ostia, oye, por esi acentu, tu ¿ónde yes?
  • - Yo soy asturianu
  • - Joder, yo también. ¿De ónde?
  • - De un pueblín, que seguro que nun conoces
  • - Por qué no. ¿Cómo se llama?
  • - Caborana
  • - ¿Caborana?
  • - Sí, ta nel Conceyu de Aller
  • - Coño, si yo también soy de Caborana
  • - Ostia, vaya casualidá
  • - Sí
  • - Yo,… ye que fai 40 años que marché d´allí
  • - Yo también fai tiempu que falto del pueblu. Pero, dame razones tuyes.
  • - Yo llámome Pepín y trabayaba en la farmacia del pueblu
  • - Cojones, conózcote. Faígote tras el mostraor.
  • - ¿Si?
  • - Sí. Además, yeres ciclista. Y acuérdome de una carrera de ciclo cros que ganaste, que baxabeis a toa ostia desde los Cuarteles por la cuesta del llau de Ca Letrita
  • - Sí. Esi soy yo. Así que nun se diga. ¡Caborana!. Vamos palante.


Llegamos al alto como pudimos, entre recuerdos, y después, recurriendo a la inteligencia y rehuyendo los zig-zag y los múltiples desniveles y toboganes que nos separaban de la meta, acomodándonos furtivamente a reiterados atajos, cuando el grueso del grupo apareció por Arrigorriaga ya estábamos Pepín y yo con el Patxi, echándole una mano, él con la pandereta y yo con la txifla, y dándole un revoltijo al repertorio del folclore local por todo el panorama geográfico desde Santurce a Bilbao.







Pepín y el mismu Loroño tan tramando
como quitai a Bamontes el lideratu
del equipu nacional pal prósimu Tur






Así me reencontré yo con Pepín el de la Farmacia de Caborana, coequipier, en tiempos pretéritos, de Carmelina en las faenas del recetario.

Le perdí la pista durante unos meses. Y el otro día nos encontramos y me enseñó las fotos que gustosamente incorporé a la Sección de Semeyes del Blog.



Esta es la foto tomada cuando se rodó en Asturias la película “A mí, … ponme unes pingarates” de José María Forcau, con guión de Jean Stablinski, en la que intervino Pepín. Por eso aparece en ella, el primero por la izquierda, José Luis López Vazquez, protagonista del film. La película, es lo que tiene el neo-realismo, mantiene una cierta actualidad, ya que trataba de la vida y maneras de un director-preparador-masajista de un equipo ciclista que enfotaba todo su éxito deportivo al suministro a sus corredores, antes de cada carrera, de una personal poción mágica. Mas o menos, como el Doctor Ferreri que, con un método similar, consiguió para el Indurain cinco campeonatos franceses seguidos, años mas tarde. El título viene a cuento de la petición que uno de los esforzados de la ruta efectuaba, en cada carrera, solicitando suplicatoriamente algunas gotas extras mas de solisombra para añadir al potingue milagroso.

Solía abusarse del recurso de les gotuques como acompañante de la cafeína en las carreras de la época y recuerdo, a propósito, que estando una vez en la consulta del Don Alfredo Escupitera le trajeron, con carácter de urgencia, a un ciclista, en maillot y pantalón corto, que supuestamente había sufrido un desfallecimiento en las proximidades. Al poco tiempo, desde el interior, se escuchan las voces el Doctor:

  • - Joder. Quitáimelu p´allá. Esti lo que tién ye una moña de la ostia.
  • - ¡¡¡ El siguienteeee!!!

Y el siguiente fui yo. Ya recordareis lo que me recetó tras el enunciado de mi madre acerca de mi flacura y palidez manifiestas.

  • - Que se la menée menos. Ale,…
  • - ¡¡¡¡El siguienteeee!!!!



4 comentarios:

Anónimo dijo...

A Lopez Vazquez recuérdolu yo rodando otra de esquís por la Carretera. En otru temporal como el presente. De La Curva a Los Frailes. Habría que celebrar un Certamen sobre ellas.


Bonitas fotos

Anónimo dijo...

Y yo, en un coloquio en el Olimpia tras la proyección de REBELDE SIN CAUSA. Morro pa eso y pa mas

El gallu dijo...

Como se ve que domines el tema de la bici.¿Acuerdeste de aquella vez que subiendo S. Martín caiste al prau? o aquella otra vez cuando subimos La Madera a 18 ?
Ye una pena que lo hayas dejao.

El Exiliau dijo...

Jeje...Creo que caí a un prau subiendo La Fumarea, no a San Martín ( que fíjate que ye dificil tirase a un prau de la que subes ) . Y La Maera, siempre la subi mejor pa baxo.
Gallu, to tién un tiempu. Y un retornu. To se andará. To ye que reciba una buena oferta pal Tour, que ya sabes que ye lo mio

Un abrazu, Gallu