ARRANCA EL FESTIVAL: Y TAMOS AHÍ

miércoles, 16 de noviembre de 2011


Empieza el Festival de cine de Gijon. Como cada año con cientos de películas. Sin el glamour de otros festivales, pero con el mejor cine independiente que se puede visualizar en el pais. Cientos de películas. Triunfadoras en Sundance, Berlín, Toronto y Locarno. Nosotros, llevamos años acudiendo al Certamen con algún film, de algún vecino de la localidad. Podeis repasarlo en el Blog. Este año no podía ser menos. Y la cinta, promete. Y podrá visusalizarse durante este fin de semana en el Jovellanos gijones y en el próximo, en los locales de la Junta de Iniciativas. Esta es la película:



Der Krise (La Crisis)
Chus Palmeiro, Caborana, España. 2011. 91 min.







Tori y Felisa fueron dos emigrantes de Buciello a la floreciente Alemania por los años 60. Cuando el: ¡Vente a Alemania!, Pepe. Allí, tuvieron una hija a la que pusieron por nombre Heidi.

Heidi ya es mayorcita y piensa ganarse las habichuelas instalando un bar en un lugar céntrico de Berlín. En la calle Ebertstrabe. Y le denomina, por razones de reminiscencia geográfica, el Sinarieger Pub. Para comprarlo no tuvo más remedio que hacerlo mediante un préstamo bancario. Como todo negocio que empieza, con cierta dificultad inicial, pillada por las cuotas de la hipoteca, necesita aumentar rápidamente las ventas y decide entonces permitir que sus clientes, la mayoría de los cuales son alcohólicos en paro, beban hoy y paguen cómo y cuándo puedan. Eso sí, ella va anotando en su moleskine todo lo que consume cada uno de sus asiduos concurrentes. Esta es una manera como otra cualquiera de conceder consumiciones a pago diferido, es decir, otorgar préstamos.

Muy pronto, gracias al boca a boca, el bar de Heidi se empieza a llenar de más y más clientela.

Como sus parroquianos no tienen que pagar al instante, Heidi decide aumentar sus beneficios subiendo el precio de la cerveza y del vino, que son las bebidas que todos consumen en mayor cantidad, con lo que el margen de beneficios de la rapaza se incrementa vertiginosamente.

Un empleado del banco más cercano, al que le gustaban los limones de la muchacha, que era muy emprendedor y que trabaja de director en la sección de servicio al cliente, se da cuenta de que las deudas de los clientes del bar son activos de alto valor, y decide, a la vez que tirarle los tejos a la moza, aumentar la cantidad del préstamo a Heidi. El empleado del banco no ve ni intuye ninguna razón para preocuparse, ya que, por una parte ella está buenorra y es española, y, por otra, el préstamo bancario tiene como base para su devolución las deudas de los clientes del establecimiento.

En las oficinas del banco, los directivos convierten estos activos bancarios en papel mojado que llaman: "bebida-bonos", "alco-bonos" y "vomita-bonos" bancarios. Estos bonos pasan a comercializarse por la zona y a cambiar de manos en el mercado financiero suprabarrial. Nadie comprende en realidad qué significan los nombres tan raros de esos bonos; tampoco entienden qué aval tienen estos papeles, ni siquiera si tienen alguna garantía o no. Pero como los precios siguen subiendo constantemente, el valor de los bonos sube también permanentemente.

Sin embargo, aunque los precios siguen subiendo, un día un asesor de riesgos financieros, Gretchen, que trabaja en el mismo banco y que se disputa los favores de Heidi con su compañero (asesor al que, por cierto, despiden pronto a causa de su pesimismo profesional) decide que ha llegado el momento de demandar a Heidi el pago de su préstamo bancario, por lo que nuestra amiga, a su vez, debe exigir a sus clientes el pago de las deudas contraídas con el bar.

Pero, claro está, los clientes no tienen con qué pagar las deudas.
Una innecesaria Nota: ¡¡¡Porque siguen sin tener ni un céntimo!!! Han podido beber cada día en el bar porque "se comprometían a pagarlo algún día”, y ese algún día no planeaba por el horizonte inmediato.

Tori y Felisa, apesadumbrados por la situación descrita, que, dicho sea de paso, solo conocían a medias, retornaron a Caborana a su antigua casa de Buciello.

Heidi al no poder devolver sus préstamos bancarios, entra en bancarrota, a la vez que pierde los halagos de los trabajadores bancarios que babosamente la merodeaban.

De golpe, sin avisar, los "bebida-bonos" y los "alco-bonos" sufren una caída de un 95% de su valor. Los "vomito-bonos" van ligeramente mejor, ya que sólo caen un 80%.

Las compañías de coloniales que proveen al bar de la fía Felisa, que le dieron largos plazos para los pagos y que también adquirieron, como inversión, bonos de aquellos cuando su precio empezó a subir, se encuentran en una situación inédita. El proveedor de vinos entra también en bancarrota, y el proveedor de cerveza tiene que vender el negocio a otra compañía de la competencia… atropellando la deuda de Heidi, de esa guisa, a todos secuencialmente

El Espíritu Santo, en un plano merecedor del mejor Spielberg, aparece en escena ocupando toda la pantalla en forma de Estado y se presta a financiar el rescate del banco. Diossssss!!!!! ¡¡¡¡¡Qué acojone!!!!!!

Pero,…. pero el Gobierno tampoco está boyante y su Presidente y los líderes de los otros partidos de la oposición deciden abordar el importe del tinglado introduciendo un nuevo impuesto, muy elevado, capaz de enriquecer definitivamente a la entidades crediticias, y que pagarán todos … los abstemios.

Y así hasta el ................COLORÍN COLORADO


COLABORACIÓN GUION: Un indignao


No hay comentarios: