LOS FRAILES ( 4 )

lunes, 5 de mayo de 2008


...Continuación

El colegio de Caborana había sido previsto, ya lo habíamos escrito, para dar clase a unos 300 niños. Desde el principio se manifestó esa previsión como insuficiente. Y, con el paso del tiempo, como se esperaba, las cifras sobrepasaron los 400 alumnos.




Ese dato se constató con la llegada de la República, produciéndose un aumento de solicitudes para ingresar en el Colegio. Estos son los datos estadísticos de los niños matriculados, recogidos fielmente de la Crónica de la Casa :

En el curso 1928-1929 se matricularon 425 alumnos, quedando sin plaza unos cuantos. El curso 1930-1931 los matriculados fueron 453. En septiembre de 1931 dice la Crónica que hubo llenazo... de tal modo que a las 9,30 de la mañana se cerraba la matrícula, estando las clases abarrotadas de niños, quedándose muchos sin poder entrar. Desde las 7,30 hasta las 9,30 de ese día, delante del colegio parecía aquello un mercado de... niños, acompañados de sus padres, ansiosos éstos de encontrar un hueco para sus hijos ¡¡Y estorban y están de más los religiosos!!, decían los mas creyentes

Hijos de comunistas, de socialistas y de católicos, todos anhelaban que se admitiera a sus hijos en "la escuela de los frailes"...






El curso 1932-1933 comenzó con una matrícula de 437 alumnos, de los que sólo 17 solicitaron enseñanza laica. En 1933 se suprimió un aula por parte de la empresa

A primeros de junio de 1932 hubo en el Colegio la visita del Inspector de Primera Enseñanza acompañado del Director de la S.H.E.. Duró unos 25 minutos: rápida y sinsustancia, muy sosa. Se diría que el objeto único de esa visita a los dos colegios que en Caborana sostenía la Hullera era cerciorarse de visu de si en los mismos se daba la enseñanza religiosa, y si había en ellos las insignias religiosas acostumbradas... Se enteró muy a la ligera del horario y del Reglamento del Colegio, así como de los libros de texto y de la situación del profesorado.

Con fundamento en la Constitución de la República, y más en concreto en su artículo 48,

La enseñanza será laica, hará del trabajo el eje de su actividad metodológica y se inspirará en ideales de solidaridad humana.

Se reconoce a las Iglesias el derecho, sujeto a inspección del Estado, de enseñar sus respectivas doctrinas en sus propios establecimientos.,

a lo largo del año 1932 se comenzó a insistir a través de los periódicos,o de los ayuntamientos con representación republicana o socialista, en que la enseñanza había de ser laica:

Como en algunas escuelas se hacen manifestaciones de carácter religioso, se acuerda comunicar a los denunciados la obligación que tienen de dar cumplimiento a la circular de la Dirección General en relación con el espíritu laico en que se debe desenvolver la enseñanza de las escuelas nacionales, advirtiéndoles que de lo contrario se pondrán los hechos en conocimiento de la superioridad.





En concreto, los colegios subvencionados por la Hullera Española, fueron denunciados por el Ayuntamiento al considerar que incumplían las leyes de la República en materia de enseñanza, como lo refleja El Diario Avance de mayo, junio de 1932:

También Florentino Palacios pide se ponga en conocimiento del Gobernador lo que ocurre en las escuelas de Caborana, donde los frailes y monjas no dan enseñanza según obligan las leyes vigentes y estatuye la Constitución; donde se castiga severamente a los niños y niñas que faltan a misa, o se niegan a ir, amenazándoles con lanzarlos fuera, y hasta llevándolos en formación pública a la Iglesia, cual ocurrió el día primero del actual mes. Todos los concejales asienten y consideran el hecho como un desacato a la ley y una provocación a la ciudadanía pues el hecho público, valiéndose de la infancia, representa un reto empañado entre la más vil de las cobardías.

Sin que se supiese exactamente cuales podían ser los motivos, la Sociedad Hullera decidió dar las vacaciones anticipadamente. Posiblemente, es solo sospecha, el Ayuntamiento le hubiese comunicado a la Empresa sus propósitos de incautarse las escuelas. El 1 de julio el Consejo de primera Enseñanza de Oviedo dictó una resolución de cierre de las escuelas.

Aún no se había elaborado la ley de Congregaciones que generaría toda la trama de la sustitución de los colegios de religiosos, por lo que, siendo colegios privados, continuaban dependiendo de la Hullera que tuvo que afrontar la resolución del problema al final del verano.




Esas decisiones del Ayuntamiento y del Consejo de instrucción pública tenían más que ver con una interpretación de la Constitución del nuevo Estado democrático que con la realidad legislativa vigente.

Por su parte, desde el obispado, se había animado a los fieles para que constituyesen Asociaciones de Padres Católicos. Estas comenzaron a funcionar ese mismo año, siendo una de ellas la de Caborana, que nació con el fin de defender, entre otras cosas, la educación de sus hijos, cuyo artículo inicial decía lo que sigue:

Artículo 1º.- Los padres de familia de Caborana constituyen una Asociación para prestarse mutua ayuda en el cumplimiento de sus deberes como padres católicos, para unir sus esfuerzos en la lucha contra la pública inmoralidad y para la defensa de los derechos de la ley divina, la ley natural, la Constitución del Estado y demás disposiciones vigentes les conceden en cuanto a la instrucción y educación de sus hijos especialmente en materia religiosa...

La Asociación tuvo su papel en la pequeña crisis que hubo a raíz del cierre de las escuelas.

La Empresa recurrió el cierre de la escuela el 21 septiembre. En el documento se hacía considerar al Consejo que resultarían perjudicados más de mil alumnos. Además se comprometía a declarar voluntaria la enseñanza de la doctrina cristiana y suspender lo relativo a la asistencia obligatoria a Misa en días festivos. Los signos y atributos confesionales se mantendrían mientras no hubiese resoluciones al respecto de la Dirección General de primera enseñanza.

A comienzos del curso, viendo que éste no comenzaba en los colegios de la Hullera Española, el asunto se trasladó a la opinión pública:

Ha llegado la apertura del nuevo curso y en todos los colegios que la Hullera posee en el concejo de Mieres, se han reanudado las clases. No así en Aller, donde a pesar de haberse presentado más de mil seiscientas solicitudes para el ingreso en las escuelas que sostiene la sociedad Hullera Española en aquel coto minero, siguen cerradas las clases




La postura de la Empresa había quedado clara en el escrito presentado al Consejo de primera Enseñanza: no tenía obligación de mantener esos colegios. De esa forma, la operación que pretendía el Ayuntamiento de Aller, de que la Empresa siguiese costeando los colegios, pero con maestros designados por el propio municipio, no tenía mucho futuro.

Al conflicto se sumaron los padres y las madres, movilizados por la Asociación de Padres de Familia, enviando varios comunicados a la prensa protestando por el intento de separar a los religiosos de a enseñanza en esos colegios:

...Entre los colegios de Boo y Caborana, servidos unos por maestros nacionales y otro por Hermanos de la Doctrina Cristiana, y los demás por hermanas Dominicas, hay una matrícula de más de mil novecientos niños que se encuentran desde hace más de tres meses sin poder asistir a clase.

Finalmente el Consejo de primera enseñanza decidió que se reabriesen los colegio continuando como maestros los religiosos,...


...Continuará




1 comentario:

Anónimo dijo...

Que poco gusta lo serio, jaja