67, MODELO A ELIMINAR

jueves, 13 de enero de 2011



A ver. Pasa del color castaño oscuro y se acerca a la tonalidad del gris Payne la insultante obsesión del Zapatero de elevar la edad de jubilación y de reformar urgentemente el actual sistema de pensiones.

No es porque me afecte directamente, que también, a quién no, sino porque en mi cabeza no halla acomodo dicha urgencia. Ni dentro de la misma encuentro resquicio para respuestas coherentes a los interrogantes que me plantea.

Punto de partida. Parece ser que son los exhaustivos, científicos y objetivos estudios realizados para evaluar lo que va a pasar con todo el sistema dentro de 40 años. 40. Punto pelota. Y, ¿quiénes son esos afamados profesionales del mamoneo económico que analizan, valoran y concluyen al respecto? Agarraros a la silla: son los mismos, y no otros, que los expertos que fueron incapaces, hace tan solo cinco años, de ver la crisis económica hasta que estuvo encima. Los que se reunían en los idílicos Jardines de Jauja y trapicheaban sus papeles basura, endosándolos aquí y allí, en beneficio propio y en detrimento de la generalidad de los mortales. Y ahora, reconvertidos, quieren hacernos creer que pueden conocer, vía prismático, lo que va acontecer dentro de cuatro décadas. Mira, no. Y ya lo veréis, como les dejemos, volverán a echarnos la culpa de todo. Esta vez, por no morirnos antes. No. Ni hay prisa para saber por dónde irán los derroteros a mediados del presente siglo, ni pueden ser aquellos que jugaban sonrientes con el dinero ajeno a la gallina ciega los que merezcan nuestro crédito para sus devaneos adivinatorios, ni hay método capaz y valido para ello, sobre todo ahora que no manda la democracia representativa sino el monstruo de mil cabezas conocido con el sobrenombre de Mercado. Tampoco.

Obcecación. La edad de jubilación a los 67 años. 67. Ni más, ni menos. Innegociable. ¿Habrán hablado con los empleadores?, por ejemplo. Porque, ¿cuántos empresarios estarán dispuestos a mantener a sus trabajadores dos años más en sus puestos laborales, de los 65 a 67 años, en vez de reemplazarlos por otros más jóvenes? Pensando solo en el coste salarial de unos y otros, contraponiendo a las cifras anteriores, de forma simultánea, el rendimiento de los mismos, hallaremos la solución. Sin ser laureado por Cambridge, ni miembro del gobierno. Aquí, desde un Blog local.

Continuemos. Nos inculcan las estadísticas que publican los medios, mensualmente, que la situación nacional no es precisamente de pleno empleo. O sea, cuesta introducirse en el mecanismo del mercado laboral. ¿Qué pasará con ese fenómeno si estiramos la edad de jubilación? La deducción parece inmediata y simple, la problemática citada se agravará. Vamos, que estamos ante un oficial: ¡viva y hurra el desempleo juvenil!

Mas. También se habla, entre dientes, de forma poco clara, del cómputo de los años trabajados para efectuar el cálculo, aplicando una fórmula polinómica extraña e injusta, del importe de las pensiones. Importe que se limita, para ofender, con un valor máximo. Vamos a ver. Podemos parecerlo los de Caborana. Pero no somos idiotas. Si se alarga el tiempo del cómputo a la vez que se produce una incorporación más tardía al trabajo, queda claro que nadie, salvo que sea político, alcanzará, en el mejor de los supuestos imaginables, la pensión máxima. ¿Limitarla? A la paciencia, es a la que están acotando.

Cabreo. Todo el desaguisado anterior lo hacen coexistir con prejubilaciones privilegiadas a los 50 años en sectores esencialmente capitalistas como la banca, por ejemplo. Si a Pepito, sin culpa personal alguna, le cierran el taller metalúrgico donde trabaja en Martorell, se va al paro durante el tiempo que legalmente le corresponda y luego se queda a merced de que las circunstancias vuelvan a colocarle cuándo y dónde puedan. Al tiempo, Héctor, chupatintas en Cajamadrí, de su misma edad, tras el cese laboral, pasa a una situación de stanby, cobrando el sueldo íntegro hasta que llegue a la edad de jubilación. A los 67 años, Pepito, que tuvo mala suerte y saltó de trabajo en trabajo, simultaneándolo con espacios de paro, le aplican aquella injusta y polinómica fórmula y, en el mejor de los supuestos, le corresponderá, para afrontar los años de vida que le queden, una pensión que se acercará al 50% de la de su coetáneo Héctor . ¿La metralleta? Uy, si las hubiera.

Acabo. Añade empreñe a todo ese asunto el que lo anterior, tope, edad de jubilación, cómputos, no va a ser de aplicación a quien ya esté jubilado. Ya, ya, sé por formación que las leyes no son de aplicación retroactiva. Ojo, con carácter general y sobreentendido. Pero pueden serlo si lo establecen expresamente ellas mismas. Porque, llegados a este punto, entiendo que no valen los derechos adquiridos. Por quién. En dónde. Desde cuándo. Con qué importe. No puede haber adquisiciones pasadas y derivadas de 20 años de cotización al sistema, universalmente protegidas, mayores que las de quien se vinculó a ese mismo tinglado y aportó su parte alícuota durante 39 años. No deberíamos permitir que se perpetúe la injusticia. Así que: Actualización del sistema permanente y para todos. Mas que nada, porque seremos más a pelear. Seremos todos. Y venceríamos.

Y remato. Hay excepciones. Están exentos, de todas las restricciones derivadas de los considerandos que preceden, los políticos. Los que piensan aprobar la ley. Los que con dos legislaturas en la poltrona se aseguran la máxima de las jubilaciones. A los que elegimos y, llegados a la situación límite, nos transmiten que ellos no pueden hacer nada, que no mandan, que lo impone el Mercado. O lo obliga Europa. Y por qué no hace lo propio el Fantasmón con Francia, Inglaterra, Italia, … y les impulsa a currar hasta los 67. Ahhh, ..mentirosos y cojos. Políticos. Para pensarlo detenidamente y …. botarlos.

Mejor una sonrisa.




5 comentarios:

Anónimo dijo...

es que yo lo veo tan claro como tu. ¿porque cojones nos quieren tomar el pelo? estoy seguro del cambio de gobierno en las próximas elecciones ¿pero los que vienen no harán lo mismo o peor? esa es la cuestión.

Anónimo dijo...

Exacto. Mejorará para los mismos. Estamos dando saltos atrás de vértigo.
Volvemos a las castas. La política, será la privilegiada por ese mostruo que llama El Exiliau el Mercado, porque ellos se encargan de proteger sus magnos negocios.
Hay que cambiar el sistema. La red puede ser una herramienta. A ello.

El gallu dijo...

Tienes razón Fonso.Alguien tenía que decirlo con esta claridad, y fuiste tu.¿Sabes lo que más me jode?Pues que, cómo dices tu , esta pandilla deben de pensar que somos imbéciles.¿Qué pasaría si en las próximas elecciones nos diera por no aparecer por las urnas?
Abrazu Fonso.

Anónimo dijo...

esti gallu quier danos gatu por liebre ¿Fonso? sabes tu que nun ye esi nombre el que fai esto.

Anónimo dijo...

En esa confusión nos movemos.

Deduzco, y soy lector desde el principio, que tras to ésto está el Colectivu El Caleyeru. Por eso ye dificil focalizar al autor. Y el ostinado intento en encontarlo nos puede estrellar, por enésima vez, con Fuenteovejuna