¿ QUÉ QUEDA ?

miércoles, 9 de marzo de 2011







El Carnaval era una celebración pública y pagana que se hacía antes de la llegada de la cuaresma cristiana, como para pillar aire ante la tamaña austeridad que se anunciaba.

Tenía dos características principales: era una fiesta de calle ( en contraposición de las fiestas familiares ) y, fundamentalmente, era una diversión de transgresión social.

A estas alturas de la historia, la calle ya no es lo que era: están todas asfaltadas, con encintados de acera mediante gruesos bordillos de granito, con costosas farolas de hierro fundido y con mobiliario urbano de diseño. Y, con esas características físicas , como que hay pocas o nulas apetencias de tomarla, habiendo motivos objetivos sobrados para hacernosla propia de una vez.

Si la transgresión se interpretaba como la vida puesta del revés, en la que, durante el tiempo convenido, uno podía cambiar de sexo, ser decente sin haberlo intentado nunca, ponerse un tricornio sin poseer bigote ni ser guardión, bendecir urbi et orbi sin estar dado de alta a la conexión divina, ponerse un hábito para justificar el acercamiento infantil, embarazarse vía Espíritusanto, es decir, sin probarlo, etc, …. si era todo eso, puede decirse que hoy todas esas situaciones están ya institucionalizadas: los cambios de sexo los televisan y cotizan al alza, montándoles un espacio televisivo a los sujetos mutantes para que muestren sus/nuestras vergüenzas; los decentes están defenestrados de los cargos públicos acusados de falta de sabiduría emocional; las relaciones de los frailes con los guajes están en los tribunales; el Espíritusanto cambió su disfraz colúmbido por el de la reproducción in vitro y lo prescriben en la Seguridad Social; …


Payasos locales


¿Qué queda? Desfiles monumentales delimitados por cientos de espectadores, con algunas carrozas, acompañados de ritmos extraños de inacabables y reiterativos chim-pam-pum, donde solo son válidos los disfraces colectivos de deslumbrantes coloridos, en un intento universal de uniformidad generalizada. Aquí. Allí. En Cadiz. Y en Tenerife. Xixón.

Por eso el Blog, que fue un entusiasta de esta fiesta, incluso en tiempos predemocráticos desde el Ajoblanco y más tarde pregonando sarcásticamente acerca de nuestros atributos carnavalescos en algún conocido y publicado contrapregón, se pliega hasta el pote y el compango. Eso sí, rematado con frisuelos recién fritos.


(1)

L´otru día na Escombrera
vimos un burru mui grande.
Tuvimos que comelu,
pa nun morimos de fame

Nel pueblu Caborana
vamos a ser mui lucíos
porque quítennos les lluces
de los palos mas torcíos

Y, con el nuevu allumbrau
que poniéndonos tan,
como tién mas potencia,
hasta los ciegos verán.


(1) Muestra de Copla de carnaval interpretada por la Murga de Caborana en los años treinta y premiada en los Carnavales de Gijón



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